martes, octubre 24, 2006

Me duelen las rodillas...

Salgo de casa, llego a la estación, 3 boleterias, una sola habilitada, 50 personas haciendo la cola, llega uno con la bicileta, tira una vieja al piso, saca boleto a Luis Guillón (en realidad va a Constitucion), se dirige al andén. Por lo menos el vagón que lleva las bicicletas está atrás. Por esas casualidades, luego de esperar la formación ferroviaria, bajo los rayos incandescente del Astro Rey, logro entrar entre una maraña de personas de todo tipo, color y peso. Diviso un asiento libre, me dirijo con firmeza hacia él, lo alcanzo. Un día en la semana que voy a ir sentado hasta Plaza Constitución, abro mi libro sobre la biografía de Alfredo Palacios y a los pocos segundos siento que depositan algo en mis rodillas, una estampita de San Cayetano. Recién pasamos la segunda estación luego de Monte Grande, sobre la estampita me depositan una linterna mágica que se carga con dínamo a mano (cosa china), sobre la estampita y la linterna me depositan una guía Lumi de calles de capital Federal y provincia, sobre la estampita, la linterna y la guia depositan un libro sobre la historia argentina remanente de una colección lanzada por Billiken en el 76'. Estoy a la altura de Lanús y ya me cuesta hacer equilibrio con tanto producto comercializable sobre mis rodillas. En eso sube una mujer con 8 meses y 3 semanas de embarazo, miro a ambos lados y todos parecen haberse dormido, no me queda otra opción que cederle el asiento a la embarazada y todo lo que está sobre mis rodillas queda sobre mis brazos. Ya no leo más revistas, ya no tengo donde agarrarme. Llegamos a Plaza Constitucion y se me acercan, el señor de la estampita, la señora de la linterna, el muchachito de la guia y el anciano del libro de historia argentina. Mientras devuelvo todo lo que no compre, el vagón queda vacío. 50 minutos de viaje Monte Grande - Plaza Constitución, 25 minutos de devolución de productos y caminata al subterraneo.
Moraleja: no lleves en los brazos lo que podes tener en las rodillas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace una semana, y voy a ser honesta, no fue en el tren fue en el bondi, me dispuse a bajar del mismo, iba parada mi madre iba senatada y nos vimos obligadas a descender por adelante ya que el timbre estaba descompuesto. Paso por al lado de un Señor mayor que se encontraba de pie, y al llegar a los asientos de adelante una pareja de jovenes estaba abrazada disfrutando del paisaje. Me di vuelta y les grite, Ustedes no se dan cuenta que hay una persona mayor parada!!!!!!! se dieron vuelta pero no comprendieron, el jovén me miró bastante mal pero yo lo miré peor! Es importante aclarar algo no estoy en contra de las demostraciones de afecto sobre el bondi, al contrario cuando no afectan la salud de otros me parecen marivollasas y de hecho me parece que todos deberiamos aprovechar el espacio público, siempre y cuando sepamos compartir dicho espacio con los demás.